Los jóvenes se entusiasmaron, se pusieron un nombre, mejoraron
en autoestima e iniciativa, superaron sus diferencias sociales, se implicaron
en el diseño de un símbolo gráfico, adoptaron un uniforme común y un saludo
propio.
Las críticas de varias alumnas al experimento, cuestionado
también por otros profesores y por grupos anarquistas, llevaron la situación
mucho más allá de lo que nadie había imaginado.
Así, os jóvenes de La Ola se han vuelto totalitarios
y comienzan a generar nuevas pautas de comportamiento que les permiten
reconocer quién pertenece al grupo y quién no.
Al final, el profesor decide poner fin a este
experimento y les hace ver a los alumnos que este movimiento es similar a lo
que ocurre en una dictadura.
La película nos permite descubrir
la forma de operar de los sistemas totalitarios y de manipulación de masas que
anulan la posibilidad de discernir. También nos permite reflexionar acerca de
la facilidad con que podemos quedar involucrados en ellos sin darnos cuenta.
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